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Carrito

En mi experiencia yendo a México me quedan muchos sabores, recuerdos y cosas lindas. Además de que terminé viviendo en un lugar paradisíaco: La Paz, Baja California.

La historia de cómo terminé allí puede llegar a sonar como sacada de una película, pero es cierta al 100%.

Todo empezó en una temporada viviendo en Cali, en la que recibí una invitación a participar en una conferencia con Mauricio Benoist, un millonario, Coach de desarrollo personal, conferencista y dueño de muchas grandes empresas. Líder que admiraba mucho desde antes. Así resolví todo lo que necesitaba solucionar para viajar en tiempo récord. Pagué la reserva de los vuelos, hotel 5 estrellas en Guadalajara ya que era allí. Precisamente me hospedé en el Riu, un emblemático hotel.

Dejé todas las cosas en mi casa de aquel entonces, empaqué maleta, batallé contra mis emociones de nerviosismo al tener que tomar decisiones cruciales en ese momento para poder permitirme ese viaje.

El plan era el siguiente: salir en la mañana de Cali a Bogotá en un vuelo de más o menos una hora, de allí tenía mi vuelo para abordar a las 4 p. m. de ese martes, luego, esperaba llegar a las 9 p. m.

En el aeropuerto de Bogotá me requisaron hasta el alma. Una cosa súper incómoda, maluca. Me sentía en alerta aeropuerto, jaja. En fin, el que nada debe, nada teme. Pasé a mi avión, antes de eso me había alimentado bien en el aeropuerto con un vinito y unos crepes de brócoli deliciosos. Más cafés.

Cuando me subí al avión en primera clase lo primero que me preguntaron fue ‘’¿agua, jugo, gaseosa, café?’’. De inmediato les dije: TEQUILA.

Por supuesto, iba para el país del tequila, debía prepararme.

Arranqué motores junto con los del avión y después de 10 copas llegué un poquito ambientado a la CDMX. Caminaba por las plataformas, caminaba, caminaba y caminaba como si no fuera a tener fin. Hasta que al final veía una pancarta grande diciendo ‘’Bienvenidos/as a Ciudad de México y abajo una fila de personas pasando migración.

Todo muy bien, muy feliz, tranquilo avanzando en la fila, creía que iba a pasar súper bien cuando… joven, por favor, traiga sus cosas y acompañemos por aquí. Vamos a hacer unas validaciones.

Pero bueno, menos mal tenía tiempo, mi siguiente vuelo a Guadalajara estaba para abordar a las 4 a. m. El caso es que me hicieron dejar todas mis cosas en una esquina, junto con las de otras más personas. Sentados en una habitación poco confortable, mientras ellos hacían su papeleo.

Me tuvieron allí hasta las 2 de la mañana. ¿Pueden creer? Sentado, sin comida, después de un largo vuelo, mis cosas lejos, como un completo delincuente.

En fin, hicieron sus validaciones y me dejaron ir. Incluso… recuerdo tanto, que en un momento tenía ganas de ir al baño, y me pusieron 2 policías a que me acompañaran a salir de la habitación y pasara delante de personas que cruzaban migración. Entré al baño, oriné, me esperaban afuera y volví a la habitación para irme.

Lo primero que hice fue buscar un restaurante y antojado de tomarme una verdadera horchata. Lo acompañé con una milanesa, papas a la francesa y ensalada. Perfecto a las 2 de la mañana con un frío delicioso.

Tomé vuelo a Guadalajara, otro espectáculo y monstruo de ciudad mientras se logran ver los terrenos lejanos y desérticos del país del picante.

Llegué al día siguiente y me quedé a descansar. Era miércoles, la conferencia con el millonario era la primera el jueves y la segunda el viernes. Había reservado el hotel hasta el sábado y mi vuelo de regreso a Colombia era Guadalajara, CDMX, Bogotá y luego Cali. Despegaba el primero a las 10 a. m.

Lo primero que hice fue ir a buscar una sim, comprar un paquete de internet y conocer la ciudad.

JUEVES Me desperté energético después de contemplar una vista majestuosa, fui a mi oficina privada que me brindaba el hotel al tener una suite presidencial, con todos los bocadillos habidos y por haber. Piscinas, gimnasios. Parecía una ciudad ese lugar.

Caminé en busca de comida típica, tacos, totopos, enchiladas, de todo. Disfruté la comida.

Llegué a mi primer y segundo día de conferencia. Pero el viernes, algo había pasado en mí.

Jhon Jadder solo tenía en sus bolsillos lo justo para los gastos durante las escalas. Me esperaban 2 días de viaje, eso implicaba alimentos, emergencias, transportes al aeropuerto, etc.

Pero no… Jhon Jadder quería quedarse a vivir en México.

Jaja

Con todas mis cosas en Cali, en una casa de renta, tomé la decisión de perder mi vuelo del sábado, buscar dinero porque quedaba en ceros después de toda esa inversión, ya que la conferencia privada con el millonario costaba varios miles de dólares. Más todo lo que implicaba llegar allá. Yo con tan solo en ese momento 20 años.

Sabía que al día siguiente me quedaba sin hotel, sin recursos, sin vuelo de regreso a Colombia (que intenté cambiar, aplazar, pero la aerolínea me cobraba 2 veces lo que había comprado por uno de ida y vuelta, así que obviamente tocaba perderlo; 3 en total).

Dentro de mí decía mientras veía el mapa de Google: Bueno, en realidad me encuentro más en México que en Colombia. Entonces ya que.

Durante esos días había pasado que hice muchos amigos, conexiones e incluso el millonario me invitó a visitar su casa en La Paz, en Baja California y aprovechar y conectar con 5 amigos de él que eran socios y trabajan en el desarrollo personal. La vibra, todo se propició y yo tomé el riesgo.

Apagué alarmas, me emborraché esa noche en una habitación de mansión, disfrutando de mi soledad y una vista desde el piso 27 del edificio.

Al día siguiente desperté a las 10:00 a. m., cuando el vuelo y las notificaciones que veo en mi celular eran: Su vuelo acaba de despegar de Guadalajara a CDMX. Dentro de mí… ok, sin dinero, sin vuelo, ¿ahora qué?

Bien, con lo que me quedaba compré un vuelo VIP a La Paz, Baja California. Otras horas de viaje. Límites con USA y California Norte. La Vegas. Etc.

Pero antes, eso sí, mi vuelo a La Paz era el Martes. Así que me quedé en casa de un grupo profesionales, uno era ingeniero destacado de Guadalajara, otra chica experta en marketing junto con otro chico igual, más otro que se encargaba en un cargo de alta gerencia en el banco de Estados Unidos. Quienes se hicieron mis amigos, me invitaron a salir, me llevaron a conocer tequila, otra ciudad cerca de la cual les hablaré en otro capítulo y por supuesto que a disfrutar de todo lo que ofrece la metrópolis Guadalajara, Zapopan y sus alrededores.

Esta historia no termina, incluso esto es un 0,01% de lo que pasó en el viaje. Porque les quiero contar cómo terminé conviviendo con 6 millonarios, entre ellos el de la conferencia, y conmigo, en formación, ya éramos 7 millonarios.

Nos vemos en el próximo #HCJJ.

Para copiar y compartir:

De Cali a México, una odisea de emociones y experiencias inolvidables. https://jhonjadder.com/hcjj6

Jhon Jadder

Jhon Jadder

Escritor, filántropo, visionario y empresario. Autor✍️ del libro “PUEDO MORIR MAÑANA”.

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