Sí, así como lo lees, es una decisión que desde el pasado agosto del 2022 ha contemplado como parte de llegar a tener una muerte digna, es un proceso que de quizá causa mucha conmoción, y con justa causa, por lo poco común y el gran tabú en el que se tiene este tipo de temas.
Aún recuerdo a mi padre en muchas ocasiones mencionar cuando veía noticias sobre personas que debatían sobre la eutanasia, él estar de acuerdo con este proceso ya que su mentalidad siempre ha estado abierta a otras formas de ver la vida y en considerar soluciones que eviten el sufrimiento y el dolor; incluso antes de que descubriera el cancer.
En realidad esta es una decisión que no es fácil, y que incluso parte de mi familia ha estado en desacuerdo, sin embargo, en medio de una conversación que tuve con el en la sala de urgencias, en uno de los muchos momentos que fuimos a este lugar, le pregunté… ¿qué cree que va a pensar la familia sobre su decisión? Él me respondió: Soy yo el que está sufriendo y siente este dolor.
Desde el primer momento he apoyado a mi padre en todo su proceso, he hecho lo mejor que he podido, gestionando y moviendo todo para que la atención de mi padre sea la mejor, rápida y oportuna. Emocionalmente, espiritualmente y físicamente le he dado mi mano, en lo que he podido como signo de agradecimiento por tantas veces que el a mi me ha dado la mano, ya que siempre ha sido un padre incondicional, y ahora le devuelvo todo lo que el me dio a mi, a mi madre y mis hermanos. Sin contar las incontables ayudas al resto de la familia y desconocidos.
Ha sido un hombre noble, fuerte, algo soberbio, pero muy compasivo. Un hombre que me deja muchas enseñanzas, tantas que son dignas de libros enteros con sus experiencias… incluso espero algún día hacer una película con su historia, ya que es sinónimo de superación.
No por apoyar a mi padre en elegir el cómo morir, signifique de que quiera matarlo, o quiera que se muera, por el contrario, no quiero que me falte, ya que anhelo darle muchas cosas, viajes, experiencias, que me acompañe por el mundo en las cientos de conferencias que se vienen en mi carrera de conferencista, también que pueda leer todos los libros que llegaré a presentar al mundo y deseo su bendición en cada uno de los proyectos que emprenda.
Sin embargo, la vida no depende de mí, depende de algo mayor que todo lo que nosotros vemos, algo superior, algo más poderoso que lo que nuestra pobre consciencia puede percibir y entender.
Lo único que me queda es agradecer que no ha sido una muerte repentina, deplorable o humillante. Por el contrario la vida me ha permitido, a mi y a mi familia acompañarle, hablar con el, ya que todo el tiempo se ha permanecido consciente de su estado. Ha habido tiempo para compartir, despedirnos y seguir soñando con que un milagro restaure su salud por completo. Pero como todo en la vida, hay que tener presente todos los posibles escenarios, y en pro de prolongar su sufrimiento, sus dolores, que solo puede entender el, ya que a menos de que estemos en la misma situación de mi padre, podríamos ser algo empaticos, por el contrario no entenderemos en su totalidad.
Dios nos dio el libre albedrío para tomar decisión, y por ende, no es pecado las cosas que se hacen por amor, cuando lo que prima es la dignidad y la libertad de elección.
Continuo dando gracias a la vida por cada segundo que pueda tenerle cerca, y seguiré el consejo de mi padre, que incluso va para toda mi familia, deberemos continuar nuestras vidas, y confío en que su creencia de lo que hay del otro lado sea una realidad, ya que el piensa que después de la muerte, solo hay cosas bonitas.
Respeto la decisión de mi padre y me siento orgulloso de lo valiente y heroicamente que va finalizando su vida.
Ahora me dispongo a salir en una ambulancia con él, para la clínica, donde se verá con 3 especialistas, un oncólogo, un medico paliativo y un psiquiatra. Quienes deben terminar de dar el visto al proceso de eutanasia. Posteriormente contaremos 10 días en el cual recibiremos la autorización por parte de un gran comité medico, junto con equipo legal del país y la gestión de la Eps para que finalmente… mi padre mismo, decida el día y la hora. Literalmente, será como el titulo de uno de mis libros, dirá con tranquilidad de que puede morir mañana.
Gracias universo por permitirnos continuar creando historia familiar.